Günter Grass no seguirá pelando la cebolla

Günter Grass no seguirá pelando la cebolla

La muerte del escritor Günter Grass merece una especial mención en nuestro repaso por los lazos que unen a la cebolla con el mundo de la cultura. El gran novelista alemán, ganador en 1999 de los premios Nobel y Príncipe de Asturias de Literatura, se inspiró en esta hortaliza para encontrar el germen creativo y el título de su obra más personal, su autobiografía: Beim Häuten der Zwiebel (Pelando la cebolla).

Grass nació en octubre de 1927 en lo que entonces era la Ciudad Libre de Dánzig, un enclave de población alemana en territorio polaco administrada por la Sociedad de Naciones. Así, la infancia y adolescencia del autor se desarrollaron en uno de los momentos más convulsos de la historia de la ciudad: las tensiones entre polacos y alemanes, el auge del nazismo y la incorporación de Dánzig a Alemania, la II Guerra Mundial (donde con solo 16 años fue reclutado por el ejército alemán) y el exilio cuando, tras la derrota nazi, Dánzig fue ocupada por los soviéticos y luego incorporada a Polonia.

Estos azarosos y traumáticos años son los que cuenta Grass en Pelando la cebolla, publicada en 2006, ya como culminación de su obra literaria. En una entrevista, el autor explicaba así cómo había abordado la obra y justificaba el título: “Por mi experiencia como narrador, sé que no somos fieles a nuestros recuerdos y que tendemos a embellecerlos o, sencillamente, a recomponer y ordenar fragmentos. Por eso, en esta obra he intentado recordar y reflejar a la vez, del modo más digno posible, la esencia real de la autobiografía en el proceso de creación. El proceso que me permite abordar los recuerdos de la infancia es el de ir quitando capas a la cebolla: ver primero lo que hay detrás de la primera capa y reflejarlo por escrito, y luego, al descubrir lo que hay tras la segunda, reescribir lo que escribí y confesé en la primera… y así sucesivamente”.

No es esta la única referencia destacable a las cebollas en la obra de Günter Grass. En su obra más famosa, El tambor de hojalata, presenta a un grupo de comensales en un restaurante durante la guerra que mantienen en todo momento una apariencia de total serenidad, pero aprovechan el momento de trocear las cebollas para poder llorar.

Y hay que destacar también que Grass era un notable dibujante, grabador y escultor. Así se puede ver en la ilustración de portada de su biografía, que, naturalmente, muestra una cebolla.

Cebolla de Günter Grass para su autobiografía.

En la entrevista citada, Grass añadía que el repaso a sus recuerdos no estaba acabado porque “las cebollas no tienen semilla, hueso o corazón; son solo capas de piel y quedan algunas pendientes” y añadía que para contar hacían falta “muchas cebollas y muchas ganas”. Pero sus recuerdos acabaron con su muerte el pasado 12 de abril.

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